Mil emociones
EXPRÉSA-TE
Poesía erótica y otros poemas de encuentros y desencuentros.
Yo pongo la poesía, el resto es cosa tuya...
Espero que estos poemas que he escrito en diferentes momentos de mi vida, avive la llama que tienes dentro y contribuya a mejorar tu relación, o, al menos, te invite a jugar, el resto es cosa tuya. No hay nada más bonito que amar a alguien por completo, y que desee morirse en tu piel.
Renueva tu pasión
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El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía.
anaïs nin
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El Sentido de la Vida
El sentido de la vida
es complejo de percibir
pero cuando me rozas
con tu cuerpo,
el deseo de tu sexo
se convierte en sentido,
importando solo éste,
y el primero
se parece un poco más a ti.
Despedida
Esta noche,
deseando mirar al cielo,
me acordé de ti,
pero mi pensamiento te huye
debido a la ignorancia
de tu deseo perdido,
y, de nuevo,
a tu baile sin sentido.
No tengo más ganas de hacerlo,
antes me dolía pensarte
y ahora me alegro
de habernos despedido.
Poesía erótica
Anhelos
Anhelo los abrazos,
las caricias,
un bálsamo en mi piel herida,
los besos eternos
pasionales y sinceros,
tu boca recorriendo mi cuerpo,
la mía descubriendo
tu mayor deseo,
la batalla y el juego
y cuando entras por fin en mí
y me muero.
Sueños
Cuántas veces
he soñado contigo,
por encontrarte, niño,
porque me encontraras.
Eres resbaladizo y
el oxígeno que me falta,
la emoción contenida
y los sentidos encogidos,
así estoy,
la pasión se me escapa.
Me pregunto
cómo tanto anhelo
no ha encontrado aún
tu mirada,
quizá un espíritu libre
nadie lo atrapa,
no necesita refugio,
el mundo es su almohada.
Me pregunto
cómo tanta gente tiene,
o en realidad no tiene nada,
cómo parece fácil,
a veces, y a la vez
tan complicado;
la pasión mata el amor
el amor mata la madrugada.
Lo siento como un castigo
por algo que no he cometido,
es una espera larga,
siempre lo ha sido;
vamos ya, niño,
la vida se me acaba.
Mi habitación
En la soledad de mi habitación
te veo, a los pies de mi cama,
otra vez, mirándome
con ojos golosos,
rubor en las mejillas,
pero no es timidez,
es el ardor que recorre tus venas
que me hace desfallecer.
Quiero tocarte y no puedo,
de nuevo, es un mal sueño.
Esa emoción
Vivo en el deseo
de encontrar una emoción
que desde niña anhelo
y de soltar esta
otra llena de impaciencia,
un deseo inalcanzable,
la quimera de mis sueños,
siempre tú, siempre lejos.
No encuentro razón alguna
para dejar de desearte,
eres mi luna, mi centro,
también mi escaparate,
pero siempre te desvaneces
y nunca llego a rozarte,
cuando empiezo a pensarte,
te has ido a otro lugar
y ya no puedo alcanzarte.
Gritos silenciosos
Adoro cuando me besas y,
agarrándome con delicadeza,
me empujas a la habitación.
Sin dejar de besarme,
me tiras en la cama,
es cuando mis entrañas
gritan de pasión,
pues saben que
lo que está por venir,
aún es mejor.
Cansada
Estoy cansada.
Cansada del eco de tu voz sobre mi espalda,
cada vez menos tuyo y a la vez tan mío.
De buscar tus manos
en los resquicios de mi mirada
y entre mis piernas heladas.
Cansada de imaginarte
en esas últimas partículas de aire
cuando el pecho se hincha por completo,
antes de morir por un instante.
Antes de exhalar verdades.
Cansada del lamento congelado y seco
de bordes arrugados.
Cansada de distraer al miedo.
Cansada de cambiar sábanas
por rutina, con la esperanza
de que un día les llueva bríos y abrazos.
Y que todo haya sido un mal sueño.
Cansada de luchar
contra la capitulación de tu ausencia.
Cansada de luchar, sin más.
¿Acaso la vida regala manos
que abrazan y reconfortan
la piel y el alma?
¿Acaso el anhelo
es un absurdo posible?
¿Acaso he de vivir
como si me faltase
un trozo inmenso de mí?
No me rindo.
No puedo permitírmelo.
Me rebelo ante el vacío.
Mis rodillas no tocan el suelo,
pero tantas veces tiemblan...
Ven
Arráncame los besos de agua
por los que nuestras bocas se ahogan
como dos mares bravas,
con tus labios y tu mirada.
Escupe los imposibles
e invoca tu espíritu valiente y libre
que se halla cansado y durmiente.
El resto no me vale.
Enhebra las caricias de tus dedos
con mi piel salvaje.
Que tus huellas sean mi tatuaje
Y las mías lunares entre tus dedos
para que recuerdes el lugar
en el que hoy deseas quedarte.
Quítame la ropa tan despacio,
entre mil caricias y mil besos,
que mi piel grite
con cada leve roce en mi cuerpo.
Y cuando la ultima prenda
baje por mis piernas con tu boca,
cuando quede desnuda entera,
mírame tan despacio
que mi cuerpo inunde tus ojos,
para hacerlo tuyo.
Ásí, cuando mañana te marches,
el temblor del recuerdo
de esta noche de mil sudores
y mil abrazos, seque la boca
que sólo puede saciar mi nombre.
Y tus pupilas se conviertan en gemido
anhelando lo que ya no tocan
que sólo puede calmar mis labios.
Y sabrás entonces
dónde se halla tu hogar.
Besos
Muchos besos conozco, no son pocos en realidad, tengo suerte, no lo niego, no me puedo quejar.
Besos amarillos que cubren la piel de escarcha, aparentan, pasan, huyen, siempre se delatan; un instante, un momento, no se atreven a parar, buscan algo a cambio que no les pienso entregar; son besos por besar, nunca besos de verdad.
Besos grises y oscuros, recalcitrantes en mis labios, demasiado lentos, demasiado rápidos, demasiado suaves, demasiado tensos..., de los que siempre se olvidan nada más llegar; son un intento vano y desganado de algo que no puede perdurar.
Besos verdes que acarician el ser, estos vuelan despacio, más suaves o más intensos, a veces un roce, otras lamento, ilusión y pasión, como la brisa cálida, casi siempre primavera, vislumbro un nuevo comienzo; estos besos a la gente descerebran porque el cabello les alborota, pero en mi se enroscan porque no me importa.
Besos robados, emocionantes y fugaces, que revuelcan las entrañas en la noche iluminada, besos dulces y valientes robados en cualquier saliente; son besos ardientes, besos de color naranja.
Besos azules que calman la piel, en la orilla o en las cuevas fluyen sin parar y limpian las penas, aunque a veces se llenan de arena; son besos viajeros, de fácil sonrisa que alborotan mis emociones y, aunque efímeros, importantes, son parte de la vida.
Besos tierra, que tan bien conoce la piel, bálsamo y ternura, seguros y eternos, fuertes y decididos son los de mis raíces, los que, aunque en la distancia, siempre me esperan y el reencuentro merece la pena.
Otros besos tocan mi alma en lo más profundo, son los besos sin igual, los besos blancos e inocentes que besan de verdad y nunca me engañarán; son eternos y ni siquiera la muerte con ellos puede acabar; adoro esos pequeños grandes besos que nunca jamás podré olvidar.
Aún hay otros besos que me hacen tililar y no lo puedo remediar, los que cuando llegan la pasión hacen estallar y, cuando se van, dejan los labios secos con sed de manantial, ese que con ellos se vuelve eterno y el tiempo quiere parar, son besos rojos, besos agua, besos para soñar, para volar, para subir montañas y viajar; son esos besos que conocen mundo pero en mi piel se quieren quedar.
Y, al final, quedan tus besos, no por menos importantes, todo lo contrario, son los besos profundos, sinceros, pasionales, son los besos verdes, naranjas, azules y rojos, todos ellos eternos y emocionantes.
Piel herida
Tengo la piel herida y aún no sé muy bien por qué,
quizá porque se marchita como las hojas de laurel.
Tengo la piel herida, recuerdos en ella anidan que me dejan sin aliento,
más lo que siento me impide ver la vida.
Es mi hora, aquí te espero, es mi tiempo de soñar
en esos besos eternos que en mi piel anhelan estar.
Entre tú y yo
Cuando veo esa mirada sé lo que necesitas,
me encanta rozarte y sentir cómo te excitas,
mis labios en tus pezones, los dientes rozándolos,
mi mano en tu ingle y mi lengua bajando.
Tu tesoro es un sorbete que me encanta saborear,
sabiendo, que lo vas a disfrutar de verdad;
cuéntame más secretos, los quiero descubrir,
porque deseo hacerte gozar hasta casi morir.
Locura
Ya no se empeña
en recordar
los besos que atormentan,
los que un día sanaron
la boca y la lengua,
la piel y las entrañas,
despertando a la mujer
no a la madre, ni a la hija,
a la mujer que moraba
en las esquinas de los rendidos
regalando su tiempo,
mirando de perfil la luna,
tropezando con el viento,
consumida,
deshidratada,
desoxigenada,
ciega a las letras,
sorda a las notas,
acorchada,
búho en sus sueños,
letargo impávido sus días
....hasta esa mirada,
hasta esas palabras,
hasta esos besos...
Falaz realidad.
Ella se resistió a su ausencia
aferrada a esos besos que eran suyos,
tenían que serlo
enganchada a esas palabas que eran para ella
tenían que serlo,
abandonada a su locura.
La obstinación tiene un precio,
desgarro en las entrañas,
pasión desangrada
en otros cuerpos,
pero no había nada,
sólo carne.
Perecer sin morir.
Ella ya no se rebela.
Permanece en su esquina
y se mece con el viento
entre algún que otro cuerpo
que promete lo innombrable.
Ya no mira la luna
ya no abre la boca
se rasgó la piel
se cortó la lengua
narcotizó sus entrañas
su locura es otra.
Tus dedos
Ajados por el paso del tiempo
y tan bellos como tallos al viento.
Su roce cuidado despierta el encuentro
buscando el conocimiento de lo más profundo,
inclinándose hacia la verdad del tacto.
Delicadeza en frasco guardada
entre pensamientos puros.
Descubrimiento, conexión, pasión.
Sentido pleno.
Verdad tan deseada
y no siempre hallada...
salvo en tus dedos.
Salvo en tus dedos
descubriendo los míos.
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El erotismo es la superación de los obstáculos. El obstáculo más seductor y profundo es la moral.
karl kraus
He dejado de publicar aquí. Si quieres leer más poesía de todo tipo, publico en mi cuenta de instagram @maria.milemociones
Poesía erótica y otros poemas cortos
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-mil emociones-
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